jueves, 16 de junio de 2011
Una Leyenda
Hemos paseado por la placeta de la Cruz de la Rauda, que debe su nombre al cementerio árabe o 'rauda' que allí hubo; junto a él se encontraba la 'Arrauda', o mezquita del enterramiento. En esta placeta está la cruz de piedra sobre la que se cuenta una bella historia. El encargado en tiempos de Boabdil de la custodia de la Torre del Aceituno, el alcaide Aben Farag, tenía una bellísima hija de nombre Celia. Sabedora ésta de que su padre la había prometido con el alcaide de Moclín, decide citar en la rauda a su amante Alí, hijo de árabe y cristiana. Enterado de la cita, un negro llamado Tarif, también enamorado de Celia pero no correspondido por ésta, se lo comunicó al de Moclín y ambos acudieron a espiar a los amantes. El negro Tarif, celoso, mata a Alí y, gritando que Celia era sólo suya, mata también al de Moclín, mientras Alí en su agonía se arranca una cruz que llevaba al cuello dándosela a Celia. La cruz de Alí se encontró entre las piedras al tomar la ciudad los Reyes Católicos, que enterados de lo sucedido, mandaron levantar allí la cruz de piedra, conocida aún como la Cruz de la Rauda, por el eterno descanso de los muertos y por la salvación de Celia, que vagó enloquecida lanzando angustiosos lamentos. Dice la leyenda que hasta hace poco las mujeres que acudían a por agua al aljibe de San Luis, oían estos lamentos que salían de una sombra tras la cruz. En cuanto al origen del nombre de Cerro del Aceituno, se debe a que según se cuenta había un olivo que florecía, echaba fruto y maduraba en un solo día.
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